Hacenderas, auzolanes, sextaferias
Reproducimos un artículo del blog de la Asociacion Jubilares http://jubilares.wordpress.com
Hacenderas
“Hacenderas“, facenderas
o simplemente cenderas… En la última versión de 2013 del DRAE
incomprensiblemente se ha eliminado esta acepción que anteriormente se
definía como “trabajo a que debe acudir todo el vecindario, por ser de utilidad común”.
Se trataba de trabajos autoimpuestos por la comunidad. La escasez de
recursos vía impuestos, pero sobre todo, la solidaridad vecinal,
obligaban a estos trabajos en favor de lo común. Muchas personas mayores
lo recuerdan: en Ferreras de Abajo
(Zamora) el puesto de la Cruz Roja y la nueva iglesia se construyó en
los años 80 gracias un sistema de prestación personal que allí llamaban
“concejo”. Nos cuenta Leovigildo Santamaría, artesano de Ferreras, que
“participaba todo el pueblo por turnos que se nombraban “a la vela”, es
decir, siguiendo el orden en que estaban las casas; ello no impedía que
si alguien voluntariamente quería ir todos los días podía hacerlo”.
Nadie duda de que en las latitudes en que
nos movemos nos gusta compartir fiesta, pero a menudo se percibe
escepticismo acerca del compartir esfuerzo o aquello de es de todos
(dicen “no es de nadie”). Las hacenderas demuestran que esto no fue así
en otros tiempos. ¿Y en la actualidad?
Muchos jóvenes retomaron las antiguas tradiciones. En algunos pueblos, como Hiendelaencina o Viana de Jadraque (Guadalajara), Espejo de Tera (Soria), Andaluz (Soria), algunos pueblos de León,
convocan en la actualidad hacenderas para limpiar el monte, restaurar
un monumento, arreglar tuberías, reparar la calzada, repintar las
farolas o rehacer una presa. Tras el trabajo siempre viene la fiesta. Ambas son tradiciones inseparables.
Auzolanes
En Euskadi dicen “Auzolan” a estos trabajos comunitarios. Suelen realizarse antes de las fiestas, para adecentar el pueblo. Auzolan significa “trabajo vecinal” y obligaba a los miembros de la comunidad, generalmente por el usufructo de los bienes comunales. En Ea o en Elantxobe podemos ver hoy a sus habitantes trabajando para arreglar desperfectos en el pueblo.
Un caso paradigmático es Zeraín, un pueblo de 250 habitantes del interior de Guipúzcoa, que ha revivido tras el cierre de las minas “a base de humildad e ilusión”.
En los 70 los jóvenes se unieron, creando una cooperativa de viviendas
que les permitiría quedarse en el pueblo a trabajar; y se constituyó un
grupo municipal independiente, elegido por todos en votación popular, el
mismo que ha regido el ayuntamiento desde los inicios de la democracia
hasta hoy.
“Amamos lo nuestro, dentro de un mundo que admiramos”, dicen
los zeraindarras. La clave del proyecto socioeconómico es el “auzolan”,
el trabajo comunitario con un objetivo: el que llaman “Paisaje Cultural“, modelo de desarrollo sostenible.Sextaferias
En Cantabria y Asturias se celebran “Sextaferias“. La palabra
proviene de la denominación de los días de la semana antes del cambio
del Papa San Silvestre: así la prima feria era el domingo… la sexta
feria es el viernes. Aquí nos referimos a los trabajos comunales que se
llevan a cabo una vez por semana. Cada casa ha de enviar un miembro (o
una persona que le sustituya). Se hacen trabajos de adecentamiento a
nivel local (aldea, pedanía…). Un ejemplo, el de Coviella (Cangas de Onís), que celebró la última sextaferia hace unos días para limpiar los caminos del pueblo.
¿Una experiencia solo de ámbito rural? El
pueblo o pequeña aldea son entornos donde las relaciones vecinales se
han hecho más fuertes. No obstante, el barrio o la urbanización, dentro
de la ciudad, no es un ámbito espacial o comunitario que deba ser muy
distinto. Tampoco la comunidad de vecinos de un bloque
urbano, donde a menudo se realizan trabajos comunitarios (pintar la
escalera o arreglar el patio común) con final similar: tortilla y vino.
La necesidad de relación con los demás,
el interés por lo común y la solidaridad entre vecinos no parece
exclusiva de municipios de pequeño padrón, y así en ciudades como
Madrid, e impulsadas principalmente por una generación nieta de aquellos
que sí atendían al toque de campana, se están cocinando experiencias
como éstas:
http://vimeo.com/89001913
Un grupo de iniciativas ciudadanas de gestión democrática e intervención en espacios públicos (la Red de Huertos Urbanos de Madrid, El Campo de Cebada, el Centro Social Seco, el Espacio Vecinal Montamarta, el Albergue de San Fermín, Todo por la Praxis, Intermediae…) quiere recuperar ese espíritu en un entorno urbano.
Somos muchos los que creemos que el
supuesto individualismo cuasi-genético de ámbito ibérico (o incluso
mediterráneo) es solo un reciente estereotipo. Vemos que antes no éramos
así y hoy queremos recuperar nuestra identidad comunitaria. Somos
felices cuando nos sentimos útiles y al tiempo recibimos el apoyo de los
demás, incluidos en una comunidad. Se trata de una experiencia humana
que trasciende tiempos y lugares, también edades. Lo recordamos ayer en
la celebración del Día de la Solidaridad Intergeneracional 2014.
Por ello reivindicamos las hacenderas, auzolanes o sextaferias, esas
experiencias de colaboración entre iguales y de implicación en lo común,
que parte de las personas y se dirige a ellas mismas: a su bienestar, a
la transformación solidaria del lugar donde queremos vivir.
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